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Arqueologia: pasado, presente, ¿futuro?

Es habitual al oír la palabra ‘Arqueólogo’, el tener la idea romántica del hombre con sombrero de ala ancha, viviendo aventuras y encontrando fascinantes tesoros en los más recónditos lugares del planeta. Para otros, este término evoca a una persona de cara y brazos morenos en un cuerpo de piel clara, botas de montaña y cubierto de polvo y barro hasta casi las rodillas.

Esta segunda aproximación es más realista, pero no del todo certera. Esos trabajadores de piel curtida y reseca de tantas horas que pasan bajo un sol de justicia, o sufren diluvios que parecen no terminar nunca, también han desarrollado unas manos de dedos ágiles y les comienza a fallar la vista. Eso se debe a la cantidad de horas que pasan frente a las pantallas de sus ordenadores.

La imagen del Arqueólogo consultando viejos legajos en lúgubres archivos, comienza a quedar atrás. Los Arqueólogos son conscientes a día de hoy de que, para sacar a flote el que es su trabajo, ya sean las mal llamadas Arqueología de investigación o Arqueología de rescate, han de subirse al carro de las nuevas tecnologías, pero muy necesariamente de Internet.

Por eso, es frecuente ver como investigadores de entornos como la Universidad publican sus trabajos, ya no solo en libros de corta tirada, sino también en la red, con mayor o menor especialización sobre el tema. Algunos soportes nacen por iniciativa privada, otros vienen del Estado mismo, último responsable de no sólo preservar el Patrimonio como dice la Ley, sino también de divulgarlo.

También surgen los investigadores amateur que, en formato de blog personal o modesta web, publican sus descubrimientos y los de su entorno de colegas.

Y por otro lado están los que han hecho del Patrimonio Histórico, su negocio, su modo de vida. Estas son las llamadas empresas de Arqueología o consultorías de Patrimonio Arqueológico. Algunas, en esto de las “tecnologías”, aun están rezagadas, tal vez porque no sepan hacerlo, o tal vez porque no sean realmente conscientes de la importancia que tiene el rodillo de la Red, que tan fuertemente viene arrasando todo método hasta ahora conocido.

Otras, sin embargo, conocen bien lo que hay, lo que viene, lo que se ofrece y lo que se puede demandar hasta exprimir el limón que es Internet, a veces tan ácido, y otras veces tan suculento. Se han lanzado al mundo virtual con fuerza, y, a través de su página web se nos dan a conocer, no los primeros (porque esos puestos los ocupan las Universidades, Organismos Institucionales y otras grandes entidades), pero si bien posicionados en los buscadores. Tal vez lo hayan conseguido con un diseño impactante, un buen contenido, con miles de acertadas palabras clave, infinitos links de éxito en su web o porque se han inscrito en todos los directorios existentes y por existir. Quién sabe. Lo que si sabemos es que han invertido en ello con tesón algo de tiempo y esfuerzo. Y ahora nos toca a nosotros.

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